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EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo (20,1-16):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: «Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido.» Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: «¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?» Le respondieron: «Nadie nos ha contratado.» Él les dijo: «Id también vosotros a mi viña.» Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: «Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros.» Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: «Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno.» Él replicó a uno de ellos: «Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?» Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.»

Feliz domingo

24 de septiembre de 2023
Feliz domingo.
 
Feliz domingo.
La Palabra de Dios irrumpe en nuestras vidas con una fuerza irresistible Dejémonos animar por ella. Dejemos también que nos interrogue, incluso que nos desconcierte, pues muchas veces ese es el camino para encontrar la verdad.
El profeta Isaías nos invita a buscar a Dios. Somos buscadores el Dios verdadero. Él se deja encontrar. Muchos hemos tenido grandes vivencias de nuestro encuentro con Él. Nuestro Dios se deja encontrar. Y aun habiéndole encontrado siempre podemos descubrir en Él más de lo que pensamos, más de lo que imaginamos, incluso más de lo que creemos. Pongamos atención a su Palabra: “Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos”. No nos hagamos un dios a nuestra medida, sería un ídolo falso, más bien tratemos de vivir a la medida de Dios. Dejemos a Dios ser Dios y entremos en su voluntad. Santa Teresa Benedicta de la Cruz decía “No sabemos dónde nos va a llevar Dios, sólo sabemos que Él nos lleva”.
El Apóstol Pablo nos dice “Para mí la vida es Cristo, y el morir una ganancia”. No me atrevo a hacer comentarios. Solo me surgen tres preguntas ¿Mi vida es Cristo? ¿Mis sentimientos, mis actitudes, mis palabras, mis obras, mi manera de juzgar, mi amor… son los de Cristo? ¿El morir es una ganancia?
La parábola que Jesús nos cuenta en el Evangelio es una llamada a trabajar en su viña. Su viña es la Iglesia y el mundo. Unos serán llamados antes, otros después. Unos responderán a la llamada con prontitud, otros serán algo perezosos y responderán más tarde. La paga para todos será la misma pues la paga es Él mismo, nuestra paga es el Señor. Hay quien piensa que no fue justo el que pagó a todos igual, pero es que la justicia de Dios es la misericordia (Tenemos la cabeza dura para entenderlo. Poco a poco el Señor irá cambiando nuestro corazón de piedra en un corazón de carne).
Al comienzo del curso pastoral revisemos nuestra respuesta a la llamada del Señor a trabajar en su viña, revisemos nuestros compromisos, afiancemos nuestra unión con el Señor que es quien hará que todo fructifique. Sólo unidos a la vid verdadera damos frutos. En ocasiones la esterilidad d nuestras tareas puede venir de que organizamos muy bien “los títeres” pero no vamos al fundamento. Que Dios nos siga ayudando en la misión no fácil que nos ha confiado.
Este sábado nos encomendamos a San Pío de Pietrelcina. Su testimonio nos anima a seguir descubriendo que nuestra vida es Cristo. Y el domingo, el recuerdo de la Virgen de la Merced nos coloca bajo las manos protectoras de nuestra Madre del Cielo.
Al celebrar la Eucaristía del domingo vivamos el gozo de ser Iglesia y de ser llamados en ella por el Señor para servir al mundo.
Un saludo. Alfonso