Lectura para noviembre: El barro de los sueños.
Chesterton para dar vida al padre Brown, confiesa que se inspiró en un gran amigo, sacerdote irlandés. Un día le comentó que iba a escribir unas declaraciones apoyando determinadas situaciones. El padre O`Connor le fue argumentando por qué no debería hacerlo. Las historias que el sacerdote le relató eran demasiado escalofriantes, duras, como para andar con tonterías.
Tras esa conversación, Chesterton presentó al padre O`Connor a unos conocidos. Estos quedaron encantados con la conversación inteligente y el humor del cura. Durante la conversación, el sacerdote tuvo que ausentarse, lo que aprovechó uno de los amigos para decir: estos curas hablan muy bien y son muy buenos, pero de la vida, no saben nada. La carcajada de Chesterton fue descomunal.
Alguien podría encontrarse con el padre Agustín, escucharlo y pensar lo mismo que aquel desafortunado joven,